¿Sabrías a dónde correr si en este momento sonara la alarma de incendio? Aunque muchas personas creen que sí, en la práctica muy pocos identifican correctamente las rutas y salidas de emergencia en sus espacios de trabajo.
Las salidas de emergencia no son detalles arquitectónicos ni simples puertas con señalización: forman parte fundamental de cualquier ruta de evacuación. Su diseño, ubicación y señalización deben planearse, pensando en la seguridad de todas las personas que ocupan un edificio.
¿Qué es una salida de emergencia y por qué se considera obligatoria?
Una salida de emergencia es una abertura, puerta o accesos diseñados exclusivamente para permitir una evacuación rápida y segura de las personas ante situaciones que representen un riesgo para su integridad.
En cambio, las puertas de uso habitual pueden no ser seguras en una emergencia: podrían cerrarse solas, requerir llaves o carecer de señalización. Las salidas de emergencia, por norma, deben estar siempre visibles, libres de obstáculos y listas para abrirse sin herramientas o mecanismos complicados.
¿Dónde deben colocarse según el tipo de edificio?
No todos los edificios requieren las salidas de emergencia en los mismos puntos. Su ubicación debe responder a la función del espacio, la circulación natural de las personas y las características operativas del inmueble:
Oficinas
Deben estar cerca de pasillos principales y escaleras, facilitando el acceso desde cualquier piso o zona común.
Hospitales o Escuelas
Es clave colocarlas en áreas visibles, conectadas con rutas amplias, sin desniveles y con accesibilidad universal.
Naves Industriales o Almacenes
Suelen distribuirse en laterales o extremos opuestos del área operativa, evitando zonas donde se ubiquen maquinaria o materiales.
Centros comerciales
Se integran en corredores secundarios, salidas de servicio y áreas con mayor afluencia como patios de comida o tiendas principales.
Salones de eventos, auditorios y cines
Se localizan cerca del escenario y las zonas traseras, permitiendo una evacuación fluida hacia ambos sentidos.
Además de evitar obstáculos físicos, las salidas deben conectarse con rutas de evacuación claras, mantenerse visibles y respetar las distancias máximas permitidas por la normativa. La clave está en que cada persona pueda acceder rápidamente a una salida sin importar en qué parte del edificio se encuentre.
¿Cuántas salidas de emergencia se necesitan en un inmueble?
La cantidad de salidas requeridas depende del tamaño del inmueble, el número de ocupantes y el nivel de riesgo asociado a sus actividades. Aunque puede variar según el tipo de edificio, algunas recomendaciones comunes incluyen:
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Se deben considerar al menos dos salidas cuando el aforo o el riesgo lo justifiquen.
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En espacios de más de 250 m², especialmente con alta densidad de personas, es necesario tener múltiples salidas bien distribuidas.
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Cada nivel de un edificio de varios pisos debe contar con su propia salida conectada a una ruta segura.
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En instalaciones grandes como naves industriales, auditorios o centros comerciales, las salidas deben ubicarse en extremos opuestos del espacio.
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En construcciones pequeñas, una sola salida puede ser aceptable únicamente si cumple con todos los requisitos de seguridad, visibilidad y accesibilidad.
¿Dónde deben colocarse según el tipo de edificio?
Toda salida de emergencia debe estar identificada de forma clara, visible y permanente. La señalización debe cumplir con características específicas que faciliten su reconocimiento en cualquier momento, incluso ante fallas eléctricas o poca visibilidad.
Los requisitos más comunes incluyen:
- Letreros con pictogramas universales, fondo verde y texto o flechas en blanco.
- Materiales fotoluminiscentes o iluminación de respaldo autónoma.
- Ubicación sobre la puerta y también a lo largo del trayecto que conduce hacia ella.
- Altura recomendada entre 2.10 y 2.40 metros, en posición visible desde varios puntos del área.
- Orientación clara, que indique la dirección de salida sin ambigüedad.
- Libre de obstrucciones visuales, sin elementos decorativos o estructuras que bloqueen su vista.
Estos elementos no son opcionales: forman parte del plan de evacuación y deben ser revisados de forma periódica para asegurar su funcionalidad.
Normativa en México sobre salidas de emergencia
En México, la instalación, diseño y señalización de las salidas de emergencia está regulada por diversas normativas federales y locales. Estas disposiciones buscan garantizar que cualquier inmueble cuente con los medios adecuados para una evacuación segura y ordenada.
Entre las más relevantes se encuentran:
- ➤NOM-002-STPS-2010, relacionada con condiciones de seguridad, prevención y protección contra incendios en centros de trabajo. Esta norma establece los criterios para rutas de evacuación, señalización, y salidas de emergencia.
- ➤Reglamento de Construcciones de cada entidad, que detalla disposiciones sobre ubicación, cantidad y diseño arquitectónico de las salidas en distintos tipos de edificaciones.
- ➤Lineamientos de Protección Civil municipal o estatal, que complementan lo anterior con criterios específicos por giro o tipo de actividad.
Estas normativas indican no solo cuántas salidas debe haber, sino también cómo deben mantenerse: accesibles, señalizadas, sin candados ni obstáculos, y con inspecciones periódicas.
¿Qué implica no cumplir con estas disposiciones?
- Multas económicas por parte de la STPS o Protección Civil.
- Clausuras temporales o definitivas del inmueble.
- Responsabilidad legal en caso de incidentes con daños a personas.
- Pérdida de certificaciones o permisos de operación.
Más allá de las sanciones, no respetar la normativa pone en riesgo la seguridad del personal, visitantes y operatividad de cualquier empresa o institución.
Una salida de emergencia bien implementada puede salvar más de una vida
Pocas cosas en seguridad son tan evidentes y, al mismo tiempo, tan ignoradas como una salida de emergencia. Está ahí todos los días, pero rara vez se verifica si realmente cumple su función: si es visible, si está libre de obstáculos o si puede usarse sin complicaciones.
Por eso vale la pena revisar cómo están implementadas. No se trata solo de cumplir con una norma, sino de asegurarse de que, si algún día se necesitan, realmente funcionen. A veces basta una puerta libre, una señal visible o una luz encendida para permitir salir a tiempo.